Ro y Carmen que no tiene tele conocen a los Little Einstein. Les hemos puesto algunos capítulos en el ordenador y mi hijo lo ha vivido como si fueran sus primos hermanos: los invita a casa, los llama por teléfono y comemos con ellos de vez en cuando. Hoy me dice:
-Mamá, los Little Einstein no tienen mamá
- ¿Y eso, Ro?
-Es que no tienen mamá ni papá, es porque no han nacido.Que no han nacido de ningún sitio, que no han llegado de ningún sitio.
viernes, 2 de octubre de 2015
lunes, 3 de agosto de 2015
Elefantes en el zapato
Voy caminado y me encuentro obstáculos amplios como elefantes. Abro los ojos y no consigo verlos, siento pequeñas piedras en mi zapato. Y estas son los elefantes, contundentes, corpulentos, y asustando el corazón y el instinto, grandes, gruesos, que ocupan espacios inmensos en puntuales momentos y entonces se queda su sombra aquí, arrastrándome el alma, sombra gris de piel cetrina y surcada, lentos, que no hablan ni hacen ni son y ahí están.
Y ya sé, ya sé, es tan sencillo como quitar el zapato, sacudir la piedra, y seguir adelante: se evaporan los paquidermos, y ligera el camino vuelve a ser nuevo y la visión se empieza a dilucidar, se despejan las cortinas, el espacio de mi ser y aquí estoy otra vez, con mis niños, presente, contenta, escribiendo, jugando..y con mogollón de ganas de...como si no siguieran ahí los elefantes.
Y ya sé, ya sé, es tan sencillo como quitar el zapato, sacudir la piedra, y seguir adelante: se evaporan los paquidermos, y ligera el camino vuelve a ser nuevo y la visión se empieza a dilucidar, se despejan las cortinas, el espacio de mi ser y aquí estoy otra vez, con mis niños, presente, contenta, escribiendo, jugando..y con mogollón de ganas de...como si no siguieran ahí los elefantes.
viernes, 6 de febrero de 2015
Proyecto Integral León Dormido, Mauricio y Rebeca Wild, Ser para educar. La puerta azul. Jerez.
Hace tiempo que esta entrada estaba escrita a modo de borrador, casi un año. Hoy me apetece publicarla y.. ahí va!
Hace unos tres meses ya que regresamos de Ecuador. De Oyambarillo. Allí vivimos con la comunidad del proyecto León Dormido ( antiguo Pestalozzi) durante un mes. Ahora empiezo a aterrizar poco a poco, muy lentamente.
Durante este tiempo que compartimos asistimos al CEPA (Centro Para Actividades Autónomas) de peques con Rodrigo, nuestro hijo de tres años, al CEPA de adolescentes y adultos y jugamos allí con los materiales, dialogamos durante horas con Mauricio Wild, muchas de ellas a solas y Rebeca nos mostró los materiales, su lenguaje, su forma de estar en el mundo. Vivenciamos con las personas de la comunidad ( ahora mismo hay ocho familias) su forma de vida, sus propuestas de salud, economía y educación alternativa y su lenguaje social, asertivo, no directivo, en libertad y con límites claros. Estas experiencias han hecho que me sintiese con las necesidades básicas cubiertas, una parte de la búsqueda encontró su lugar dentro de mí. La completud. La comunicación. La concentración. El ritmo. La libertad enraizaron.
Las conversaciones que más resonaron en mí trataron sobre la atención no dividida a hermanos y a actividades, la manera de acompañar a los hijos, y por tanto a otras personas y a una misma, la importancia de los límites para tener un marco de crecimiento
Al salir de la comunidad y regresar a este mundo donde vivimos, un choque violento me asoló. Me apetecían los espacios de compartir con mis hijos en silencio, en concentración, jugando con materiales, con música en directo, con comunicación sin cháchara, centrados, simples y redondos, completos, los inmensos espacios circulares y ondulantes, con bordes claros que traía en mi interior y abrazaban a mi familia.
Durante algún tiempo desde el regreso me he preguntado dónde quiero poner mi energía y he constatado que ya no puedo seguir en el sistema público del que he sido profesora y en el que he tratado de implementar cambios durante bastantes años, porque allí aún no hay las condiciones mínimas adecuadas para que los ambientes educativos sean relajados y estén preparados para satisfacer las necesidades auténticas de los niños y niñas.
Y ahí me he quedado en la nada, en el sé lo que no quiero pero, ¿qué es lo que quiero? Y ahí me he dejado, en la nada, en ese lugar que me es aún difícil de habitar. Mientras tanto acompañaba a mis hijos, paseaba por el bosque donde tengo la suerte de vivir, jugaba con la arena de la playa, hacía pan Rodrigo, plantaba alegrías y cactus en el jardín, veía crecer a Carmen.
Entonces, plantando alegrías en mi jardín, y después de pensar en dedicarme a la panadería o al huerto, o pensar que mi vocación era ser ama de casa... me di cuenta de que era todo más sencillo y continuo. Me volví a encontrar en la abundancia.
Me dí cuenta de que sí que quiero la continuidad en este camino de la educación por el que he ido caminando toda la vida ( y a eso habéis contribuido mis compañeros que escribisteis en facebook haciéndome ver que podía aportar al sistema también, cuando tenía dudas sobre qué hacer), y además también que lo quiero hacer desde cierta distancia, desde fuera.
Ahora mi energía estará al servicio del asesoramiento y acompañamiento a padres, madres, niños/as y jóvenes, educadores, docentes y estudiantes y en la creación de un espacio de educación complementaria en el bosque de olivos donde vivo con un ambiente preparado con materiales (Montessori, Waldorf, Reggio Emilia, Wild y propios) atractivos para niños y niñas, que puedan con autonomía y acompañados de su madre o padre disfrutar de un ambiente exterior lleno de árboles, pájaros, juegos y espacios para merendar... y sobre todo un ambiente relajado, donde para entrar compartimos primero una misma dirección de respeto, amor, libertad y responsabilidad en la crianza. UNA ESCUELA DE FAMILIAS Y EDUCADORES JUNTO CON UN ESPACIO PARA NIÑOS Y NIÑAS:
Agradezco a la vida este nuevo momento de gestación.
Hace unos tres meses ya que regresamos de Ecuador. De Oyambarillo. Allí vivimos con la comunidad del proyecto León Dormido ( antiguo Pestalozzi) durante un mes. Ahora empiezo a aterrizar poco a poco, muy lentamente.
El Pichincha nevado desde las ventanas del Tambo (casa de huéspedes)
El PILD es un proyecto derivado de la Escuela Pestalozzi, una escuela libre, basada en la filosofía Montessori que inician hace cuarenta años el matrimonio alemán Wild cerca de Quito. Esta escuela es pionera y referente para muchas iniciativas posteriores en Europa de educación libre. Rebeca y Mauricio Wild durante mucho tiempo han dialogado en cursos en Europa y realizado activaciones para familias y profesionales de la educación en Ecuador. Ahora tienen setenta años y reciben las visitas en su casa, de amplia mirada al valle circundante, a la montaña de León Dormido y a un nuevo paradigma de vida. Ellos, sabios, han compartido con nosotros, su campo, su tiempo, su saber y sentir, su ser, su comunidad y nosotros hemos estado a la escucha, a la recepción y digestión de todo esto nuevo y antiguo que nos llegaba. Gracias infinitas.
Las conversaciones que más resonaron en mí trataron sobre la atención no dividida a hermanos y a actividades, la manera de acompañar a los hijos, y por tanto a otras personas y a una misma, la importancia de los límites para tener un marco de crecimiento
Al salir de la comunidad y regresar a este mundo donde vivimos, un choque violento me asoló. Me apetecían los espacios de compartir con mis hijos en silencio, en concentración, jugando con materiales, con música en directo, con comunicación sin cháchara, centrados, simples y redondos, completos, los inmensos espacios circulares y ondulantes, con bordes claros que traía en mi interior y abrazaban a mi familia.
Durante algún tiempo desde el regreso me he preguntado dónde quiero poner mi energía y he constatado que ya no puedo seguir en el sistema público del que he sido profesora y en el que he tratado de implementar cambios durante bastantes años, porque allí aún no hay las condiciones mínimas adecuadas para que los ambientes educativos sean relajados y estén preparados para satisfacer las necesidades auténticas de los niños y niñas.
Y ahí me he quedado en la nada, en el sé lo que no quiero pero, ¿qué es lo que quiero? Y ahí me he dejado, en la nada, en ese lugar que me es aún difícil de habitar. Mientras tanto acompañaba a mis hijos, paseaba por el bosque donde tengo la suerte de vivir, jugaba con la arena de la playa, hacía pan Rodrigo, plantaba alegrías y cactus en el jardín, veía crecer a Carmen.
Entonces, plantando alegrías en mi jardín, y después de pensar en dedicarme a la panadería o al huerto, o pensar que mi vocación era ser ama de casa... me di cuenta de que era todo más sencillo y continuo. Me volví a encontrar en la abundancia.
Me dí cuenta de que sí que quiero la continuidad en este camino de la educación por el que he ido caminando toda la vida ( y a eso habéis contribuido mis compañeros que escribisteis en facebook haciéndome ver que podía aportar al sistema también, cuando tenía dudas sobre qué hacer), y además también que lo quiero hacer desde cierta distancia, desde fuera.
Ahora mi energía estará al servicio del asesoramiento y acompañamiento a padres, madres, niños/as y jóvenes, educadores, docentes y estudiantes y en la creación de un espacio de educación complementaria en el bosque de olivos donde vivo con un ambiente preparado con materiales (Montessori, Waldorf, Reggio Emilia, Wild y propios) atractivos para niños y niñas, que puedan con autonomía y acompañados de su madre o padre disfrutar de un ambiente exterior lleno de árboles, pájaros, juegos y espacios para merendar... y sobre todo un ambiente relajado, donde para entrar compartimos primero una misma dirección de respeto, amor, libertad y responsabilidad en la crianza. UNA ESCUELA DE FAMILIAS Y EDUCADORES JUNTO CON UN ESPACIO PARA NIÑOS Y NIÑAS:
Agradezco a la vida este nuevo momento de gestación.
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