domingo, 9 de enero de 2011

TODO CORAZÓN

Era todo corazón.Lo llevaba al lado de la cabeza. De su movimiento acompasado y rápido prendía el sonido. Se podía escuchar aproximando el oído, primero tenue, después cobrando vigor hasta que consiguió envolverme entera.
Era todo corazón y energía. Pum-pum, pum-pum, pum-pum, pum-pum.... Aquel sonido primitivo, rítmico, brotaba del origen de la vida. La suya, la mía. Siete semanas, nueve milímetros.
Con su pulsión agitaba mis emociones más básicas y me llevaba a la fuente, a las lágrimas. Lloraba de amor. De milagro. Lloraba radiante. Vívida. Llena. Encontrándole sentido a cada espasmo cordial de aquel minúsculo órgano que había soleado la sala blanca.
Mi niño, era todo corazón.

2 comentarios:

  1. ¡ENVIDIA SANA, MON!
    ¡Es milagroso, maravilloso lo que puede sentir una mujer!
    Ya te lo comenté en El Puerto cuando nos reunimos y es verdad, un sentimiento que jamás podrá un hombre vivir.

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