domingo, 30 de enero de 2011

TODAS CANTAMOS EN LA COCINA


Para mi madre, mi hermana y mi sobrinita, con todo mi amor

Todas cantamos en la cocina,
recientes como la lluvia fresca.
Cuando algo nos irrita en la casa,
en vez de llorar, cantamos,
en vez de gritar, cantamos.
Con aire desenfadado, irónico, de juego fatuo,
con fuerza, cantamos,
para que se nos oiga el enfado.

Mamá nos ha enseñado.

miércoles, 26 de enero de 2011

Un universo de posibilidades. Invitación a la poesía.

Decía Pablo Neruda: “Lentamente muere quien se vuelve esclavo de la costumbre”. La más viciosa, la costumbre de caminar con el pensamiento por los mismos senderos una y otra vez. Con las mismas palabras. Esto tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes. Desde luego, es minimizar riesgos sociales atenerse a una visión semiheredada. Y ahorrar tiempo. Además de resultar más cómodo.Pero también es un riesgo vital hacerlo. Un riesgo mortal que proviene de limitar nuestro universo de posibilidades.
La mirada poética se gesta en la poesía antes de ser palabra y es indispensable para la creación. Proviene de la creatividad que, al ser practicada libremente, nos produce una enorme satisfacción vital, nos libera, nos deja ser. Nos permite atrevernos a ir más allá y no descartar ninguna solución, ninguna posibilidad.

Los seres humanos tenemos dos hemisferios cerebrales, uno intuitivo y uno lógico, simplificando. El intuitivo tiene la capacidad de pensamiento disociativo, es decir, nos permite contemplar un problema eliminando esquemas prefijados para encontrar posibilidades más creativas. Por ejemplo, si os digo que unáis con cuatro líneas, sin levantar el lápiz del papel,  nueve puntos situados formando un cuadrado imaginario, probablemente las primeras pruebas que hagáis para dar salida al problema coincidan con ese cuadrado que está en vuestro esquema mental, aunque la solución final que encontraréis será romper esa norma, que os habéis creado vosotros solos y que no estaba en las que yo os he puesto, para formar tres diagonales y unirlas con una tercera línea recta más allá del espacio que os marca el encuadre limitador .

Esto nos pasa constantemente, a veces nos ahorra tiempo y otras nos resta creatividad.
Al asumir la creatividad propia y ajena nos exponemos a la novedad y al desmantelamiento de los prejuicios. Nos sumergimos en la mirada poética. Observar a nuestro alrededor intentando transcender los límites de la misma palabra que, por ser heredada, viene cargada de significados connotativos ajenos, nos lleva a reconocernos en lo que nos rodea y a profundizar en lo visto tantas veces. Y aunque es verdad que el límite está en ella, también es ella quien  transgrediéndose a sí misma nos propone un ampliado  universo de posibilidades. Pues al ser la gran hacedora del pensamiento lo desata en el momento en que la desatamos nosotros. O viceversa.
La mirada poética aprende de esa disociación. Las palabras nos constriñen, nos dan una idea conceptual del mundo que nos puede llegar a encorsetar y también, cómo no, nos permiten comunicarnos con mínimo de error con otras personas que las comparten. Nos fiamos de ellas como de diosas y las sentimos infalibles y dueñas de nuestro universo mental. ¿Y si las jugásemos para aprender a ver el mundo de manera diferente?  Por el goce y el aprendizaje de calzar, comulgar significados, crearlos personales, derivarlos. Si fuesen el fruto de la creatividad, de ampliar nuestro universo de miradas, sensaciones, asociaciones… 
Si caminando por el cementerio pudiésemos ver una realidad hasta entonces nublada por la división entre la palabra ciprés y la palabra llama y siguiendo al poeta catalán López Picó nos quedásemos fascinados con un nuevo concepto, un nuevo mundo: el del ciprés=llama (“el ciprés como el espectro de una llama muerta ”) en que cada uno de estos elementos trasvasa sus propiedades al otro y nos empapa de una nueva forma de ver al ciprés y a la llama, de una nueva creación, entonces continente y contenido nos abrirían una puerta antes cerrada.
Os propongo que os desatéis, con un papel y un bolígrafo y ayudados de metáforas, símiles, sinestesias… unáis elementos. No creais que es absurdo, esa es ya la primera limitación, no lo juzguéis, mirad con ojos nuevos y desmantelad la costumbre heredada: si el mar de nuestro pueblo del sur del sur os sabe a la primera sardina de mayo mientras os impregnáis con él a través del aire de su paseo marítimo o deshacéis el límite conceptual entre el cielo y sus nubes, tal vez gocéis de un momento de creatividad.
La mirada poética al desvelarse en las personas se transforma en una manera de volver a mirar lo ya visto y de sentirse en un viaje constante, no es tesoro vetado solo a aquellos que escriben.
Víctor García de la Concha, presidente de la RALE, dice que  "La poesía usa palabras sociales, pero debe desnudarlas del significado que acumulan mal a lo largo del tiempo”. ..para que renombren al mundo, bien lo re-conozcan, bien para que, siendo el mismo, podamos verlo con mayor amplitud. Para que cada uno de nosotros y nosotras pueda disfrutar de la poesía mental de su mirada hacia la vida. Sin más límites.
MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZ




viernes, 21 de enero de 2011

Celebración del Día de la Paz. Recursos.

El Día 30 de enero conmemoramos la muerte de Gandhi celebrando el  Día de la Paz y No Violencia en los centros escolares.
Aquí tenéis RECURSOS para ello: textos literarios, canciones, información sobre los premios Nobel de la Paz y la vida de Gandhi además de los enlaces (en amarillo) de los que os podéis servir para acceder a estos contenidos. Los enlaces a las PROPUESTAS DIDÁCTICAS están al final de la entrada.

RECURSOS EN LA RED

- TEXTOS LITERARIOS PAZ.  Podéis usarlos para recitar durante el recreo o en clase , individual o coralmente, para la clase de Lengua Castellana y Literatura, Historia, Filosofía, Ética y para ilustrar o musicar en EPV o Música.
En el siguiente enlace tenéis un blog de varios alumnos/as coordinados por la profesora Julia Fernández Seguín donde se recoge también "La Muralla", entre otras CANCIONES SOBRE LA PAZ. Y aquí podéis escucharlas: La muralla, El cobarde (Víctor Manuel), Carta a Rigoberta Menchú ( Celtas cortos)

¿Qué significa la paz en este mundo salvaje, empresarial, militarizado? ¿Qué significa en un mundo en el que un atrincherado sistema de apropiación ha creado una situación en la que los países pobres que durante siglos fueron saqueados por regímenes colonizadores están hundidos en deudas con los mismos países que los saquearon, y tienen que pagar esa deuda a una tasa de 382 mil millones de dólares al año? ¿Qué significa la paz en un mundo en el que la riqueza combinada de 587 multimillonarios excede el producto interno bruto combinado de los 135 países más pobres del mundo? ¿O cuando los países ricos que pagan subsidios agrícolas de mil millones al día tratan de forzar a los países pobres a quitar sus subsidios? ¿Qué significa la paz para la gente en países ocupados, como Irak, Palestina, Cachemira, Tíbet y Chechenia? ¿O para los aborígenes de Australia? ¿O para los Ogoni de Nigeria? ¿O para los kurdos en Turquía? ¿O para los dalits y adivasis de la India? ¿Qué significa la paz para los que no son musulmanes en los países islámicos, o para las mujeres en Irán, Arabia Saudita y Afganistán? ¿Qué significa para millones que fueron expulsados de sus tierras por las presas y los proyectos de desarrollo? ¿Qué significa la paz para los pobres a los que activamente despojan de sus recursos y para los cuales la vida cotidiana es una severa batalla por el agua, el refugio, la supervivencia y, sobre todo, algo semejante a la dignidad? Para ellos, la paz es la guerra. Sabemos perfectamente bien quién se beneficia con la guerra en la era del Imperio. Pero, ¿también debemos preguntarnos con toda honestidad quién se beneficia de la paz en la era del Imperio? Incitar a la guerra es criminal. Pero hablar de la paz sin hablar de la justicia podría convertirse fácilmente en una promoción de una especie de capitulación. Y hablar de justicia sin desenmascarar a las instituciones y a los sistemas que perpetran la injusticia, va más allá de la hipocresía.
Qué fácil es echarle la culpa a los pobres de ser pobres. Qué fácil es creer que el mundo está en una espiral ascendente de terrorismo y guerra. Eso es lo que permite al presidente estadunidense decir: "O están con nosotros o con los terroristas". Pero sabemos que esa es una alternativa espuria. Sabemos que el terrorismo es simplemente la privatización de la guerra. Que los terroristas son los libre-mercaderes de la guerra. Ellos creen que el uso legítimo de la violencia no es solamente prerrogativa del Estado.
Es un infundio hacer una distinción moral entre la indecible brutalidad del terrorismo y la indiscriminada carnicería de la guerra y la ocupación. Ambos tipos de violencia son inaceptables. No podemos apoyar uno y condenar el otro.
La verdadera tragedia es que la mayoría de las personas en el mundo está atrapada entre el horror de la paz putativa y el terror de la guerra. Estos son los dos escarpados acantilados que nos encierran. La pregunta es: ¿cómo nos salimos de esta grieta?
Para aquellos a los que les va bien materialmente hablando, pero que están moralmente incómodos, la primera pregunta que se deben plantear es si realmente se quieren salir de ahí. ¿Qué tan lejos están dispuestos a ir? ¿Se volvió demasiado cómoda la grieta?
Si realmente quieren salir, hay buenas noticias y malas noticias.
Las buenas noticias son que la avanzada ya comenzó a escalar desde hace tiempo. Ya está a la mitad del camino. Miles de activistas en todo el mundo han estado trabajando duro, preparando puntos de apoyo para los pies y asegurando las cuerdas para que sea más fácil para el resto de nosotros. No hay sólo un camino de subida. Hay cientos de maneras de hacerlo. Hay cientos de batallas librándose alrededor del mundo que necesitan de sus destrezas, sus mentes, sus recursos. Ninguna batalla es irrelevante. Ninguna victoria es demasiado pequeña.
Las malas noticias son que las coloridas manifestaciones, las marchas de fin de semana y los viajes anuales al Foro Social Mundial no son suficientes. Tiene que haber actos de verdadera desobediencia civil con verdaderas consecuencias. Quizá no podamos mover un switch y conjurar una revolución. Pero hay varias cosas que sí podemos hacer. Por ejemplo, podrían hacer una lista de aquellas empresas que se han beneficiado de la invasión a Irak y que tienen oficinas aquí en Australia. Podrían nombrarlas, boicotearlas, ocupar sus oficinas y llevarlos a la bancarrota. Si puede ocurrir en Bolivia, puede ocurrir en la India. Puede ocurrir en Australia. ¿Por qué no?
Esa es sólo una pequeña sugerencia. Pero recuerden que si la lucha recurre a la violencia, perderá visión, belleza e imaginación. Y, lo más peligroso de todo, marginará y eventualmente victimizará a las mujeres. Y una lucha política que no tiene a las mujeres en el corazón de la misma, sobre él, debajo de él, y dentro de él, no es ninguna lucha.
El punto es que tenemos que librar esa batalla. Como lo dijo el maravilloso historiador estadunidense Howard Zinn: No Puedes Ser Neutral en un Tren en Movimiento."


Nota: El poema comunmente asociado con Bertold Bretch ( "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí" ) parece ser que no es de su autoría sino de Martin Niemoller.

 - PREMIOS NOBEL DE LA PAZ. Información para construir murales, un blog con el alumnado, preparar trabajos orales o simplemente reflexionar.Temas procedentes en Ciencias Naturales, Biología, Historia, Lengua Castellana y Literatura y Economía.


 - LA FIGURA DE GANDHI. Recursos en la red:
( parte 1/5)
(parte2/5)
(parte 3/5)
(parte 4/5)
(parte 5/5)



PROPUESTAS DIDÁCTICAS: DÍA ESCOLAR DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ:


jueves, 20 de enero de 2011

Le echo la lengua...

 Echo la lengua larga, viscosa, con fuerza, con burla...
Indocentemente, indecente me río y desecho  lo que mi lengua apunta .
Le echo la lengua a las posturas de los que van y  las que van diciendo que por tu bien te dirán "la verdad que tú no sabes, sobre ti " y lo que te cuentan es interesado y ofensivo, carente de cariño.
Le echo la lengua a los personajes que hacen los abogados sabiondos, que te engatusan con tanta palabreja que, sin decir nada, abruman y te hacen no entender ni palabra
Le echo la lengua a los powerpoints partidistas que me llegan al correo electrónico y que en lugar de buscar la verdad, quieren enemistarte con algo o alguien.
Le echo la lengua a la falta de respeto en las personas de las maneras de hacer, educar, vivir, besar, amar y cabrearse del resto de los humanos creyendo que la suya es la buena.
Le echo la lengua a todos los comentarios de los profesores y profesoras del mundo que les echan las culpas de todas sus incompetencias a sus alumnos y alumnas y parece que en su discurso no hay más que crítica sin soluciones constructivas.
Le echo la lengua a las actitudes quejicas  de las personas que no se ponen las pilas para buscar su felicidad.
Les echo la lengua a las palabras dadas que no se cumplen y a los que tienen acciones dirigidas exclusivamente a aprovecharse de la bondad ajena.
Le echo la lengua a las miradas desdeñosas y a los gestos presuntuosos.
Le echo la lengua a los comentarios criticones y cotillas que se meten en lo ajeno porque lo propio no les llena y hablan sin saber, juzgan a la ligera, difaman y se hacen jueces y juezas de la nada.
Le echo la lengua a las actitudes conformistas que no quieren un mundo mejor ni se molestan en poner su grano de arena, que se quedan con su escasez vital sin vivir la vida en toda su plenitud.
Le echo la lengua a los chistes y bromas fáciles y soeces, a los que agreden, que se ríen de tonterías porque no están preñados del suficiente ingenio como para reirse inteligentemente.
Le echo la lengua a las posturas machistas que se jactan de ser así y a las posturas  machistas que dicen que son feministas y también a las que son machistas y dicen que el feminismo es horrible.
Les echo la lengua a las posturas racistas y a los comentarios culturalmente endocéntricos, a las posturas insidiosas con otros/as diferentes.
Les echo la lengua a las acciones ofensivas, con ánimo de destrucción y también a las pasivas, que permiten que otros destruyan sin actuar.
Les echo la lengua a las actitudes posesivas entre las parejas, que van marcando territorio, entre los amigos, la familia, que no permiten crecer y desarrollarse libremente.
Les echo la lengua a los celos, las envidias y todas esas chungueces del mundo.
Les echo la lengua a todas estas cosas en el espejo cuando están dentro de mí y a todas las otras personas cuando las percibo en ellas.
Y así con la lengua bien larga las mando a tomar viento fresco y las alejo para que no entorpezcan al amor que llevo dentro ni el que os tengo a vosotros y a vosotras.

MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZ





sábado, 15 de enero de 2011

El último bailarín de Mao. China hoy.

Película australiana basada en una biografía. La historia, fantástica. El argumento va desmadejándose, resulta imprevisible. El actor principal, cuerpazo de quitar el hipo y baila como un dios. Maravilloso ver las escenas de danza. Curioso el tratamiento de la evolución de China en las últimas décadas. Se sitúa en la China de Mao Tse Tung, trata el final de su mandato hasta su muerte y los albores de la "nueva China" hasta hace unos años.
Pero hay algo en esta película que  a mí no me convence. Se le ha sacado poco partido para ser una historia tan buena. El elenco de actores y actrices en su mayoría no conectan con sus personajes, me resultó poco creíble la actuación. Aunque bien es verdad que, según el director, resultó difícil encontrar un actor principal que reuniese las codiciones necesarias: excelente bailarín y que hablase a la perfección inglés y mandarín.
De todas maneras merece la pena verla.
A la visión de la China aperturista que se deja entrever al final apuntalo resquicios, rescoldos y resollos si nos centramos en la realidad actual. Hace unos meses viajé a Hong Kong, ciudad capitalista dentro de la China comunista, que me gustó muy poco en general. En un periódico encontré la noticia de la encarcelación de un director de cine por reivindicar la situación del Tibet en una película. Esta noticia, por su tamaño, se podía leer siempre y cuando lo hicieses con una buena lupa. No parecía que tuviera solución, su mujer llevaba meses luchando para tener derecho a la elección del abogado que les conviniese para defenderlo, y no lo conseguía. Esta noticia se filtró en Hong Kong, ciudad liberal por excelencia en China, supongo que en el resto del país ni siquiera tenían acceso a ella. Eso sin hablar, por supuesto, del Premio Nobel Liu Xiabo.

martes, 11 de enero de 2011

La quietud. Invitación a la lectura.

Por su naturaleza, un artículo de opinión o un ensayo, que también son formas literarias, nos llevan al juicio, a confrontar con el pensamiento de quien escribe, aunque confrontemos imaginariamente, o a acogernos a lo que dice.
Por su parte, la naturaleza de  la lírica y de otras formas literarias como la narración de ficción o el teatro nos transportan a otro movimiento vital diferente. En cuanto a la lírica ha habido muchos  intentos de definición, que siempre han quedado cojos o mancos. De todos ellos, me quedo con el también incompleto de Wolfgang  Kaiser, que la resumía en un “¡Ay!”. En ese “ay” o “aaaay” o “AY”, o en cualquiera de sus variantes, él deseaba condensar la subjetividad, la emoción y la intensidad que el yo lírico transmite mediante el acto poético.  Aunque el hálito de algunos poemas va más allá o más acá de ese “¡Ay!”, dependiendo de la época que consideremos, la emoción contenida o desatada en que nos sumerge la poesía, sus palabras que nombran cortejando al mundo de manera diferente, permiten que nos acerquemos  a la observación y a la empatía. Se puede estar leyendo un poema de Goytisolo o de Garcilaso, o de Andrés Neuman,  y con ellos trascender a un lugar profundamente humano donde queda encendida la observación sin juicio, el acercarse a otro  cerebro o alma, a emociones que cada uno de nosotros también transportamos, más o menos dejadas sentir dependiendo de quién hayamos decidido ser, pero, a fin de cuentas, bajo el principio  de  que nada humano nos es ajeno. No es necesario ponernos a favor o en contra de ello.
En este mundo tan falto de observación sin juicio, de entrar en la emoción o el pensamiento de otros sin necesidad de defendernos de su influjo o de dejar patente quiénes somos nosotros, se produce  con algunos textos literarios una comunión con lo propio que no es posible recoger en tal calidad en ningún tratado de psicología ni a través de la disección de temas mediante  un ensayo. En este mundo falto de poesía, tan necesitado de ella, no estaría mal hacer  mayor uso consciente de esa sana predisposición humana hacia lo literario, hacia la palabra que desvela el mundo, para aprender quiénes somos en aquello esencial que todos compartimos.
Pienso en Cien años de soledad, al leerlo,  no hay acuerdo ni desacuerdo con sus personajes;  hay , como mucho, sentimiento más afín o comunión más cercana con unos que con otros pero no juicio. En cambio, en los múltiples artículos que escribe García Márquez, el mismo, con su mismo cerebro, corazón y manos, sí se produce una necesidad de juzgar y, por tanto, de no leer con quietud, sino con un movimiento que nos obliga a situarnos  aquí o allá. Sin quietud no hay aprendizaje, creo yo. Y qué difícil tener quieta la mente con tanto bullicio interno y externo, con tantas  opiniones seguras de sí mismas, tantos centros comerciales y teleseries.  De la quietud asoma un conocimiento amplio, en que cabe lo blanco y lo negro como partes del mismo espectro, porque lo conocido finalmente es el espectro, el color, sus calidades, sabiendo que todas, del rojo al gris, van en nuestra condición humana, queramos o no, compartida. Menos son las diferencias que las similitudes.
Muñoz Molina, Paul Auster, Haruki Murakami, escritores actuales con visos de tornarse clásicos, desprenden esa humanidad del no juicio en sus descripciones y la creación de sus personajes y, gracias a ello, se respira en su obra lo universal. Hay autores, por tanto, que nos ayudan a la observación con su forma de comunicar pero, incluso aquellos otros que no poseen esa cualidad, por el mismo hecho de haber elegido la lírica, la novela, el relato o el teatro, nos predisponen a esa distancia sana que dispone el mismo hecho de acercarse a este tipo de textos.
Os animo a que cojáis un fragmento de cualquier novela, cualquier relato, cualquier poema que tengáis a mano y os sumerjáis en lo humano, en vosotros mismos. En un lugar agradable, rodeados del silencio, como goce y aprendizaje del respeto a distintas formas del ser. Esta práctica de la lectura desde la distancia además de hacernos disfrutar, nos ayuda a crecer. Docere et delectare.


MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZ

domingo, 9 de enero de 2011

TODO CORAZÓN

Era todo corazón.Lo llevaba al lado de la cabeza. De su movimiento acompasado y rápido prendía el sonido. Se podía escuchar aproximando el oído, primero tenue, después cobrando vigor hasta que consiguió envolverme entera.
Era todo corazón y energía. Pum-pum, pum-pum, pum-pum, pum-pum.... Aquel sonido primitivo, rítmico, brotaba del origen de la vida. La suya, la mía. Siete semanas, nueve milímetros.
Con su pulsión agitaba mis emociones más básicas y me llevaba a la fuente, a las lágrimas. Lloraba de amor. De milagro. Lloraba radiante. Vívida. Llena. Encontrándole sentido a cada espasmo cordial de aquel minúsculo órgano que había soleado la sala blanca.
Mi niño, era todo corazón.

viernes, 7 de enero de 2011

POEMA DE AMOR

Para Juanjo, mi amor, mi compañero, mi marido


Camina como si un hilo lo elevase desde el corazón al cielo.
Sus pasos son la obligada gravedad intermitente 
que le permite avanzar por tierra con tiempo humano.

El pelo lacio y negro se extiende cual llama viva,
desde el hombro al cuello.
Las ideas erguidas.
Cada vértebra sobre la anterior
encajando en perfecto y simple roce aéreo.

Las manos le ceden paso al aire
y sus dedos señalan, 
resumiendo el ritmo ingenuo de la nada que lo enmarca, 
el preciso lugar del espacio donde se posan sus palabras
mientras la boca adquiere un entrecerrarse de inocencia infantil,
de bella fe ciega.

Cuando baila, su rostro se torna vida invertebrada,
absolución eterna de todos los recatos.
Es río, o mar, o gota, fluido como el agua.
Él,  la semilla viva para mi tierra fértil.

MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZ





jueves, 6 de enero de 2011

ZAPATOS DE TACÓN


Nací con las plantas en el suelo, las caderas libres, 
en fluencia de curvos movimientos.
Sinuosa, cortando el viento a derecha e izquierda, con el vientre repleto.
Hay quien pisa, pensé,
con la planta en punta como si la arcilla se modulase a su paso, para adaptarse a ella,
¿será una cuestión genética?
Pero si a mí me duele la tierra hasta con las sandalias de playa.

Respira en tu límite: desnuda, mirarán más a las bailarinas.

Y, ay, qué de la vanidad. 
Con la espalda encorvada, una torre de curvas vertebradas  
cada hora vivida en la planta elevada:
nada más existía la careta de los dedos gordos del pie para la cuna de mi rodilla,
el rezo de mi cuerpo cuesta abajo, en ángulo agudo abierto,
con cerrojo la mente, latiendo en el empeine.


Pisé mi belleza con zapatos de tacón.




MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZ



miércoles, 5 de enero de 2011

Historias de la Edad de Oro (Admintiri din Epoca de Aur). CRISTIAN MUNGIU, IOANA URICARU, HANNO HOFFER, RAZVAN MARCULESCU, CONSTANTIN POPESCU

Paradójicamente, se llama la Edad del Oro en Rumanía a los últimos años de la dictadura de Ceaucescu.
El pillaje y los trucos para la supervivencia, que creaban situaciones absurdas como las que quieren mostrar los directores en esta película formaban parte de la vida cotidiana de los ciudadanos.
Hay una red de leyendas urbanas que la gente se contaba en secreto o entre risas o con sorpresa y admiración, con miedo, en la cola cuando esperaban la comida. Esas leyendas urbanas datadas en los años 80 se cuentan en los cuentos que relata esta película. Porque sus narraciones no son de cortometrajes, sus estructuras no responden a las estructuras de un corto, sino que se narra de una manera legendaria, al estilo de los cuentos, y eso es lo que me ha ido atrapando a medida que pasaban los minutos.
Seis historias creadas y hechas guión por Cristian Mungiu y dirigidas por sendos directores, cada uno con su forma de expresión, nos adentran en la última Rumanía comunista. Directores con una o dos películas en su haber, que no pasan de los cuarenta, y vivieron en propia piel esta época, con mucha frescura y mucho de personal aún por contar. Un activista que se convierte en maestro para alfabetizar a la población de un pueblo perdido, un policía que debe matar un cerdo en su propia casa sin que se enteren los vecinos para poder tener carne por Navidad... Los personajes resultan tiernos y algunas historias, como la última, “Los vendedores de aire”, o la antepenúltima sobre un comerciante de aves, tienen giros de tuerca propios de los buenos cuentos, esos que te sorprenden en algún momento. Entre las demás, algunas son simplemente momentos, la sección de un tiempo de vida donde sucede alguna anécdota, pero todas cuentan una leyenda urbana, una historia curiosa, casi surrealista. Seis narraciones donde la comida es más importante que el dinero.
Esta película nos muestra esa otra posibilidad de ir a ver cine, histórica y cómica, una posibilidad alternativa que escapa de los circuitos comerciales.
Si tenéis oportunidad de poder verla en V.O. rumana veréis los grandes parecidos entre las otras lenguas latinas y esta, pudiendo entender partes de las conversaciones. Qué cercana y qué lejano este país, ¿verdad?

Indocentes, diciembre, El Puerto de Santa María. Y PROPUESTA INDOCENTE.

El 29 de diciembre tuvimos una agradable cita algunos de los Indocentes más decentes de la provincia, los que nos dignamos a aparecer. Blanca, Paco Velázquez y yo pasamos una tarde en El Puerto de Santa María de la mano de Juan Rincón que nos llevó desde el Bar Vicente, emblemático café, pasando por las nuevas obras que han dejado la ladera del río transitable y urbana, hasta un barecito de copas donde terminamos con un mojito la reunión.
(MISTERIO INDOCENTE : ¿Dónde está el 5º indocente en esta foto? jeje)
Como siempre, un gustazo, un conocernos más, un escucharnos, un saber de nuestras vidas y fraguar algún que otro nuevo proyecto como la Lectura Poética el Viernes, 13 de mayo en Barbate o el echar a caminar definitivamente con la creación de un libro compartido de cuentos sobre el Sahara, un libro solidario.
Todo esto y risas, abrazos, cotidianeidades en forma de palabra, ilusiones, realidades y hasta explicaciones históricas nos tocó vivir.
Gracias, compañeros y compañeras, como siempre, por estos ratitos que nos mantienen unidos.

PROPUESTA DE INDOCENTADA:
Os propongo una indocentada a los que vengáis a la declamación poética de 
Barbate : ¿Os sacaríais una foto con la lengua de fuera?, ¿A qué le echaríais la lengua, indocentes? Pues sacáosla, echádsela a lo que queráis y añadidle unas palabras (verso, prosa, como os apetezca) y hacemos un poster "indocente" para el 13 de mayo. ¿Me la mandáis al correo? 

sábado, 1 de enero de 2011

LOCOS SOÑADORES II: El paseante solitario. En recuerdo de Robert Walser.

 Dedicado a Manolo Ramos, entrañable librero, del que me ha llegado el nombre gracias a Prudencio López.

Hace un par de años fui a un congreso que organizaba en Jerez la Fundación Caballero Bonald titulado "Las sílabas del futuro".


Aquellos días me dejé sentir por las calles y callejuelas del centro la ciudad deleitándome con las personas, los comercios y las terrazas en los ratos que me dejaban libre las conferencias. 
Se exaltó mi ánimo literario. Me sentía empapada de palabras que me buscaban y, así, llegó hasta mí este libro. Este pequeño ensayo crítico de apenas tres decenas de páginas fue relevante para mí por la manera de llegar a mis manos.



En la calle Lealas había una pequeña librería con un escaparate que me llamó la atención por la selección de los títulos que exhibía: una selección hecha por un amante de la poesía. Entré por curiosidad y comencé a hablar con el dueño. La primera conferencia de la tarde me la salté encontrada bajo una admirable mirada poética, la de aquel soñador. Su proyecto estaba terminando, tras años de intentar seguir con ella, la librería ya no podía seguir comiendo del sueldo de su dueño para vivir.  Hablamos de sus tertulias literarias, de nuestra cena poética, de lo que suponía la literatura en nuestras vidas, los aprendizajes que nos había ofrecido, los momentos de placer... Era el último mes. Tenía que cerrar. Me enseñó cada recodo, los posters y por qué estaban allí, el sentido que tenía cada instante de aquel espacio. Me presentó a Alfonsina Storni y a Marina Tsvietáieva y como si hasta entonces no hubiesen pasado por mi vida las volví a conocer.


Le pedí que me eligiese algunos libros de poesía y además de hacerlo me regaló este librito. Me habló de Robert Walser y de sus poemas. De alguna manera, aquel hombre entrañable, al igual que Robert Walser, era otro de los paseantes solitarios que pueblan nuestras calles. Aquellos que, pareciendo anodinos, encierran grandes espíritus.

Yo, cada día más, admiro la humana individualidad, y en esa preciosa rareza de cada uno o de cada una, me resultó delicioso que alguien alimentase su proyecto literario con la ilusión que vi en la cara de aquel hombre. Mas que tantas veces la ilusión siga sin dar de comer y que sin ilusión pero a base de buenas estrategias publicitarias muchas otras empresas nacidas del puro afán de lucro se coman con cromosómica bulimia a estas estrellas fugaces, eso, dice algo sobre la involución de lo bello y lo bueno.
Este año cuando asistí a ese mismo congreso pero con otro nombre al pasar por allí busqué el hueco que había dejado aquella librería. 


En honor a tantos paseantes solitarios, un poema de Walser, que terminó sus días en un psiquiátrico...


Estoy completamente sano y al mismo tiempo seria o considerablemente enfermo.
A quien se adentra en la rareza, lo cogen y se lo llevan con manos decididas, lo alejan, y nunca más lo sueltan.
Quizá mi enfermedad, si así se puede llamar a mi estado, consista en tener demasiados deseos.
Que se represente en una casa seria una especie de tragedia humana, parece no interesarle a nadie, y así nadie parece prestar atención a la destrucción de toda forma y modo elegante o rara de un alma.
Estar verdaderamente sano reposa en darse la bienvenida a si mismo.