jueves, 20 de enero de 2011

Le echo la lengua...

 Echo la lengua larga, viscosa, con fuerza, con burla...
Indocentemente, indecente me río y desecho  lo que mi lengua apunta .
Le echo la lengua a las posturas de los que van y  las que van diciendo que por tu bien te dirán "la verdad que tú no sabes, sobre ti " y lo que te cuentan es interesado y ofensivo, carente de cariño.
Le echo la lengua a los personajes que hacen los abogados sabiondos, que te engatusan con tanta palabreja que, sin decir nada, abruman y te hacen no entender ni palabra
Le echo la lengua a los powerpoints partidistas que me llegan al correo electrónico y que en lugar de buscar la verdad, quieren enemistarte con algo o alguien.
Le echo la lengua a la falta de respeto en las personas de las maneras de hacer, educar, vivir, besar, amar y cabrearse del resto de los humanos creyendo que la suya es la buena.
Le echo la lengua a todos los comentarios de los profesores y profesoras del mundo que les echan las culpas de todas sus incompetencias a sus alumnos y alumnas y parece que en su discurso no hay más que crítica sin soluciones constructivas.
Le echo la lengua a las actitudes quejicas  de las personas que no se ponen las pilas para buscar su felicidad.
Les echo la lengua a las palabras dadas que no se cumplen y a los que tienen acciones dirigidas exclusivamente a aprovecharse de la bondad ajena.
Le echo la lengua a las miradas desdeñosas y a los gestos presuntuosos.
Le echo la lengua a los comentarios criticones y cotillas que se meten en lo ajeno porque lo propio no les llena y hablan sin saber, juzgan a la ligera, difaman y se hacen jueces y juezas de la nada.
Le echo la lengua a las actitudes conformistas que no quieren un mundo mejor ni se molestan en poner su grano de arena, que se quedan con su escasez vital sin vivir la vida en toda su plenitud.
Le echo la lengua a los chistes y bromas fáciles y soeces, a los que agreden, que se ríen de tonterías porque no están preñados del suficiente ingenio como para reirse inteligentemente.
Le echo la lengua a las posturas machistas que se jactan de ser así y a las posturas  machistas que dicen que son feministas y también a las que son machistas y dicen que el feminismo es horrible.
Les echo la lengua a las posturas racistas y a los comentarios culturalmente endocéntricos, a las posturas insidiosas con otros/as diferentes.
Les echo la lengua a las acciones ofensivas, con ánimo de destrucción y también a las pasivas, que permiten que otros destruyan sin actuar.
Les echo la lengua a las actitudes posesivas entre las parejas, que van marcando territorio, entre los amigos, la familia, que no permiten crecer y desarrollarse libremente.
Les echo la lengua a los celos, las envidias y todas esas chungueces del mundo.
Les echo la lengua a todas estas cosas en el espejo cuando están dentro de mí y a todas las otras personas cuando las percibo en ellas.
Y así con la lengua bien larga las mando a tomar viento fresco y las alejo para que no entorpezcan al amor que llevo dentro ni el que os tengo a vosotros y a vosotras.

MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZ





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