sábado, 25 de diciembre de 2010

Haruki Murakami, SAUCE CIEGO, MUJER DORMIDA

Me compré este libro por el título. Me había leído un par de libros de Haruki Murakami, Tokio Blues y Al sur de la frontera, al oeste del sol, también con título bimembre apetecible, y decidí seguir con él.
Es un libro de cuentos de 700 paginazas, descansando a que te toque un verano o un par de semanitas relajadas. Pero, curiosamente, no se hace en absoluto largo.


Creo que el género relato breve o cuento es el más acorde con la sociedad en la que vivimos. Podemos leer un cuento mientras vamos en el autobús, tomando un café, mientras esperamos al amigo de siempre que siempre llega 20 minutos tarde, antes de acostarnos, al desayunar... o mientras no hacemos absolutamente nada.
Es una idea fantástica tener un libro de cuentos a mano, fácilmente intercalable con cualquier otra lectura.


Bien, pues aquel verano del 2008 en Ortigueira, mi pueblo natal, me lo pasé estupendamente leyendo a Murakami. Cada cuento me iba llegando con un tiempo de sedimentación y Murakami, como los escritores con estilo constante, fabulosos y agotadores, cansa si no se les da respiro. Descubrir una y otra vez los mismos temas, motivos, giros, personajes, cansa y se hace disfrutar. Y así, a goterones de cuento,  se consigue profundizar en él y saborearlo desde una mayor hondura. Desde esa su narración con tildes y ráfagas poéticas, algo así como un salpicado de pequeños haikus integrados en las descripciones que, en manos de otro, podrían ser anodinas. Esa sutileza elegante y la sonoridad de su estilo...


Os transcribo algunos fragmentos que me admiraron:


"Del techo colgaban unos hilos de colores. Cada uno tenía una forma distinta, una longitud diferente. Todos le invitaban al placer, lo excitaban. Deseaba tirar de uno. Todos los hilos aguardaban a que él tirara de ellos. Pero él no sabía de cuál tirar. Todos le daban la sensación de que, al tirar de cualquiera de ellos, una visión fantástica se abría ante sus ojos y, a la vez le hacían pensar que todo podía perderse en un instante. Y eso le sumía en una gran confusión.Y, mientras dudaba, los días iban llegando a su fin"


"Cuando las miras de muy arriba, casi todas las cosas te parecen bonitas"


" Si te encuentras con que debes elegir entre una cosa que tiene forma y otra que no la tiene, elige siempre la que no la tiene. Esta es mi norma."


"El trabajo, de base, debe ser un acto de amor. No una boda de conveniencia."


"Me da la impresión de que la envidia no tiene nada que ver con las circunstancias reales u objetivas. Quiero decir que no es que las personas favorecidas por la forma no deban sentir envidia de los demás y que los menos favorecidos sí puedan experimentarla. La envidia no es así. Es como un tumor en nuestro interior, que nace a su antojo, en algún lugar desconocido por nosotros, y, sin atender a razones lógicas, se va desarrollando deprisa. Y, por más conscientes que seamos de ello, no podemos detenerlo. Y no es que la gente afortunada no tenga tumores y que a la gente desgraciada le salgan con facilidad, ¿Verdad? Pues lo mismo"


Sigo recordando algunos cuentos, dos en especial que se quedaron en mi fondo y me pellizcaron:


  •  "La tía pobre" que me pareció íntegro una sublime metáfora. En este cuento a un hombre, de repente, se le pega algo que el escritor llama la "tía pobre" a la espalda, y vive en relación epifita con ella convirtiéndolo  progresivamente en una persona más aislada y triste. Las reflexiones de por qué ese ser se le había pegado a la espalda y el final del cuento son muy hermosas.
  • "El espejo" es un cuento de miedo que transcurre en un instituto por la noche. El protagonista lo guarda y es una persona racional, al estilo de la mayoría de los prototipos masculinos de Murakami, que no cree en fantasmas, pero siente un inmenso temor que no consigue superar hasta que descubre su origen, que no os lo contaré porque es lo mejor y más simple de todo, y si os lo cuento, destrozo el cuento ;)


En fin, que cada verano me acompaña Murakami desde entonces, con sus libros largos, los que publica de vez en cuando. El pasado con Crónica del Pájaro que da cuerda al mundo y este con El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas. Y, a veces son absolutas paranoias, locas historias hilarantes, pero hay un algo de ahondar en lo humano, de metáfora maravillosa y de sutileza en la descripción que me acaba dejando huella. Y con la malísima memoria que tengo sus personajes e historias me siguen acompañando, lo cual es todo un logro neuronal en mi caso. Me siguen acompañando como parte real de la vida y me enseñan, incluso me cuentan cómo lo harían ellos de vez en cuando en el oído, como hace la buena literatura.
¿Qué os parece a vosotros/as Murakami?

2 comentarios:

  1. Lo siento Mon pero no tengo la misma opinión. No me ha gustado ninguno de los libros que he leído de él. Me parece repetitivo, cansino y comercial y además, uan copia mala de Kenzanburo Oé. Besos

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    1. Pseudointelectual a la vista...
      Comercial: palabra de uso habitual por parte de los elitistas idiotas que prefieren las discusiones culturales a los libros...

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